miércoles, 18 de marzo de 2009

Segundo día de viaje hacia el templo enano

La noche pasó y algunos de vosotros os despertais por la mañana con el olor del desayuno que está preparando Bergen Schultz. "Desayunar bien os dará energías para el resto de la jornada. Además, hay que aprovechar que hoy podemos comer caliente".

Os poneis en marcha siguiendo los pasos de Bergen, que mira de vez en cuando el mugriento mapa que le comprasteis a Moin Karak para tomar alguna referencia en él.

Por la tarde, después de haber desayunado, os hace un gesto apresurado para que os oculteis detrás de unas rocas. Os ocultais rápidamente y esperais en silencio mientras Bergen permanece fuera de vuestra vista. El silencio apenas es roto por el ruido ocasional de algún ave lejana.

Varak decide no esperar más, oculto como una rata, y sale a ver qué está pasando. Cerca, tumbado en el suelo, oculto a la vista por un reseco arbusto, está Bergen observando el valle. Al ver a Varak hace un gesto de fastidio, pero no dice nada. Varak se oculta junto a él para fisgonear lo que está mirando.

Unos doscientos metros más abajo, un grupo de unos veinte goblins de las montañas, armados con lanzas y arcos, y liderados por un goblin montado en un enorme lobo, marchan valle abajo. No parecen haber advertido vuestra presencia y a los pocos minutos se pierden de vista.

Bergen mira con cierta reprobación a Varak el haber desobedecido sus órdenes, pero no dice nada. Os poneis en marcha de nuevo el fatigoso viaje ascendente.

Al anochecer, acampais de nuevo, pero esta vez no se hace hoguera de ningún tipo, y Bergen revisa qué se va a almorzar para evitar alimentos que emitan una fuerte fragancia. A veces, de tan cauto que es, parece un poco paranoico.

Os turnais las guardias como el día anterior, pero la noche es tranquila y silenciosa.

Al amanecer Bergen os dice que en unas horas llegareis a la entrada del templo, si es que las indicaciones del plano son correctas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario